Las ventas de bicicletas se dispararon en los Estaos Unidos. Durante la pandemia de COVID-19: aumentaron un 65% entre 2019 y 2020, según un informe del New York Times.
Con más gente trabajando desde casa, menos autos en la carretera hará que algunos ciclistas se sientan más seguros. Además, existen obvios beneficios para la salud del ejercicio adicional. Sin embargo, no a todo el mundo le gusta quedarse sin aliento, ya que las ventas de bicicletas eléctricas se han disparado en un 145% durante el mismo período, dejando muy atrás el crecimiento de las ventas de bicicletas normales, reseñó World Forum Economic.
A diferencia de los vehículos de dos ruedas más grandes y potentes, como las motocicletas o los scooters, las bicicletas eléctricas son esencialmente bicicletas de aspecto normal que tienen una batería y un motor integrados. Aunque son más pesadas que una bicicleta tradicional, las bicicletas eléctricas son más fáciles de transportar, ya que el motor ayuda a impulsar al ciclista.
También ha habido un repunte en el uso de bicicletas eléctricas mediante esquemas de bicicletas compartidas. “La situación del Covid pudo originar que se impulsara la micro movilidad como un servicio de transporte esencial, cubriendo donde se estancó el servicio de tránsito o donde existían brechas y ayudando a los trabajadores esenciales a llegar al trabajo”, dijo Samantha Herr, directora ejecutiva de la Asociación de Bikeshare de América del Norte, en Nueva York.
En Europa también se popularizan
Las ventas de bicicletas eléctricas también están aumentando en Europa. Para 2030, es probable que las ventas anuales de bicicletas sean un 47% mayores que en 2019, según las organizaciones ciclistas europeas citadas por Forbes.
Las previsiones de crecimiento indican que el número de bicicletas eléctricas vendidas cada año en Europa podría pasar de 3,7 millones en 2019 a 17 millones en 2030. Si esas predicciones son precisas, se registrarán el doble de bicicletas que de coches por año en la Unión Europea, sugiere un artículo de Forbes.
Sin embargo, destaca un posible bache en el camino para ciclistas y e-ciclistas por igual. “El crecimiento solo será posible con el entorno regulatorio adecuado y una estrategia industrial clara en toda la UE y más allá”, dice Manuel Marsilio, Director General de la Confederación de la Industria Europea de la Bicicleta (CONEBI).
CONEBI está presionando para obtener más apoyo para el ciclismo en toda Europa y advierte que el mosaico de carriles para bicicletas y otra infraestructura amigable con las bicicletas es un problema. Ciudades como Copenhague se han vuelto famosas como ubicaciones pro-ciclismo, debido a los límites sobre dónde pueden ir los automóviles, carriles exclusivos para bicicletas e incentivos financieros, como exenciones fiscales, para los ciclistas.
Con el aumento de las ventas de bicicletas eléctricas, es posible que sea necesario una mayor colaboración público-privada en las regulaciones para crear entornos de ciclismo más seguros, habilitar esquemas de bicicletas compartidas y también para garantizar el acceso a los puntos de recarga cuando sea necesario.
Con información de World Forum Economic